Wednesday, January 16, 2013

16 de enero 2013 /// 5 Shvat, 5773 "Este mes será para vosotros el primer mes, el primer mes de su año." – Éxodo 12:2 Esta porción de la Torá de esta semana, Bo, es de Éxodo 10:01-13:16 y Jeremías 46:13-28. Los primeros versículos del capítulo 12 indica el primer mandamiento dado oficialmente a la nación de Israel. Es el mandamiento de santificar la luna nueva y proclamar el nuevo mes. Mientras que el resto del mundo sigue el calendario gregoriano, que se basa en los movimientos del sol, el judaísmo sigue el ciclo lunar. El inicio de cada mes depende de la luna nueva. Así es como ha funcionado en los tiempos antiguos: Una vez que las personas se asentaron en la tierra de Israel, un tribunal se creó el llamado Sanedrín. Dos testigos que vieron la aparición de la luna nueva iría a la corte de Jerusalén y dar testimonio de lo que vieron. Si el tribunal se mostró satisfecho con su testimonio, el nuevo mes se proclamó. Las hogueras se encienden en cimas de las montañas para que el país entero se sabe que un nuevo mes había comenzado. Curiosamente, si por alguna razón el tribunal no aceptó un testimonio veraz o aceptó una falsa, no cambiar el estado de cada mes. El mes fue cuando el tribunal dijo que era - no importa qué. Esto significa que incluso si el tribunal estaba técnicamente equivocado, seguían siendo jurídicamente correcta. Incluso si cada día de fiesta del mes fue técnicamente en el "mal" día, Dios aceptó la adoración como si estuviera en el derecho. Los sabios enseñan que esto ilustra una idea profunda de que Dios quiere que sepamos: No estamos sujetos al tiempo, el tiempo está sujeto a nosotros. Dios nos dio el poder para gobernar con el tiempo! Muchas personas llevan vidas que son controlados por el reloj. El tiempo es su amo. Pero la Biblia nos dice que tenemos un solo Maestro - Dios Todopoderoso. Nosotros somos los dueños de nuestro tiempo. Nadie sugiere que podemos pasar por alto las limitaciones de tiempo. El tiempo es una realidad que vivimos en este mundo físico. Pero, ¿cómo nos acercamos a nuestro tiempo? No lo usamos como el regalo que es, o dejamos que nos usen y abusen de nosotros? ¿Dejamos que nos lleven hacia abajo, nos deprimen, y comprimen? ¿O lo usamos para alcanzar nuestros objetivos, servir a nuestro Creador, y contribuir a su mundo? Dios quiere que hagamos el trabajo a tiempo para nosotros y no al revés. Podemos hacerlo mediante el aprovechamiento del tiempo que se nos da y hacer que cada momento cuente. Cuando hacemos nuestros horarios, debemos determinar poner a Dios en primer lugar. De esta manera, el tiempo nos va a servir y también serviremos al Señor.

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