Tuesday, June 11, 2013

EL NEGEV (Parte 3)

La fortaleza de Masada, que fue construida por el rey Herodes, quien gobernó Israel durante los tiempos del Imperio Romano. Después de la gran revuelta judía contra Roma en el año 70, el grupo zelote huyó a la fortaleza de Masada, donde continuaron la lucha contra la opresión romana hasta que eligieron el suicidio en masa en lugar de ceder al yugo de la tiranía romana. Hoy en día la fortaleza de Masada del Negev, es el segundo destino turístico más popular en Israel y los soldados israelíes toman sus juramentos en el sitio arqueológico. Masada es el nombre que recibe un conjunto de palacios y fortificaciones situado en la cumbre amesetada de una montaña aislada en la región oriental del desierto de Judea, próxima a la costa sudoccidental del mar Muerto, y dentro de los límites del Consejo Regional de Tamar, en el Distrito Meridional de Israel. Masada es conocida por su destacada importancia en los compases finales de la Primera Guerra Judeo-Romana (también conocida como la Gran Revuelta Judía), cuando el asedio de la fortaleza por parte de las tropas del Imperio romano condujo finalmente a sus defensores a realizar un suicidio colectivo al advertir que la derrota era inminente. En la actualidad, Masada es un destacado sitio turístico, a la vez que posee una importante carga simbólica para el nacionalismo judío, como uno de los postreros episodios de afirmación y resistencia nacional antes de la definitiva diáspora. La fortaleza de Masada y su entorno fueron declarados Parque Nacional de Israel en 1966, formando parte de la Reserva Natural del Desierto de Judea desde 1983, y del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde el año 2001. Fue en 1838 cuando dos estadounidenses, el teólogo y explorador Edward Robinson y el misionero Eli Smith, identificaron correctamente Masada desde el oasis de Ein Guedi con la ayuda de un anteojo, un hallazgo que fue posteriormente confirmado por el geógrafo Carl Ritter. El interés por Masada fue en aumento desde entonces. En 1842 el misionero estadounidense Samuel Wolcott ascendió hasta su cumbre acompañado del pintor inglés W. Tipping, quien estaba realizando ilustraciones para una versión inglesa de La guerra de los judíos de Flavio Josefo. Wolcott realizó la primera descripción moderna de la fortaleza, muy completa en sus detalles y que confirmaba muchos de los datos que describiera el autor judeorromano dieciocho siglos antes. Félicien de Saulcy visitó Masada en enero de 1851, trazando el primer plano de la fortaleza y del sistema de fortificaciones romano, identificando el agger y localizando restos de mosaicos en una edificación bizantina; aunque erró al situar el "Camino de la Serpiente" en la ladera septentrional, así como en la datación de los almacenes, obra que atribuyó a Jonathán. El interés por Masada aumentó hasta el punto de que, finalmente, se planteó la necesidad de una excavación arqueológica en la cumbre de la meseta, fundamentada no sólo en su valor científico, sino como símbolo nacional del joven Estado judío. De esta forma, a principios de la década de 1960 la Universidad Hebrea de Jerusalén, la Sociedad de Exploración de Israel y el Departamento de Antigüedades de Israel patrocinaron la misión arqueológica, dirigida por Yigael Yadin (arqueólogo, político y militar israelí, segundo comandante en jefe en la historia de las Fuerzas de Defensa Israelíes) y desarrollada en dos fases, la primera desde octubre de 1963 hasta mayo de 1964, y la segunda desde noviembre de 1964 hasta abril de 1965, sumando once meses de intervención. Además de contar con un equipo de profesionales y de personal contratado, se ofreció la oportunidad de colaborar en la excavación a todo aquel voluntario que lo deseara, a través de anuncios en la prensa israelí y en el diario británico The Observer. La convocatoria fue un éxito, acudiendo más de 5.000 voluntarios de 28 países así como del propio Israel, muchos de ellos miembros de los kibutz cercanos, o pertenecientes a las Fuerzas de Defensa de Israel o a Gadna. Los voluntarios fueron distribuidos en 23 turnos de dos semanas de duración, de manera que simultáneamente se contaban unas 300 personas en la excavación.

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